Tenerife es un destino turístico por excelencia en el mundo, teniendo distintas ventajas y bondades que lo hacen destacar y lo ponen como de las primeras opciones en cuanto a tener unas vacaciones inolvidables, luna de miel, celebración o viaje en general para tener una experiencia sin igual.
Desde recorrer el Teide o pasear por la capital Santa Cruz de Tenerife, así como caminar en las playas y la larga línea de costa que tiene la región, Tenerife ofrece numerosas opciones de entretenimiento y actividades por hacer.
De hecho, pueden ser tan extensas las opciones sobre las posibilidades en la isla que resulta abrumador. Sin embargo, hay destinos en la isla que no pueden faltar en un programa de recorrido o guía, por su importancia cultural, turística, natural e incluso histórica. A continuación, algunas de las mejores opciones sobre qué ver en Tenerife.
Parque Nacional del Teide
Por mucho, el Parque Nacional del Teide es de los destinos más importantes y visitados en Tenerife, el cual es considerado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO desde el año 2007 y al mismo tiempo es la montaña más alta de toda la región, incluyendo España y alcanzando más de los 3.500 metros sobre el nivel del mar.
Debido a sus características climáticas, geográficas, de suelo y altura, la montaña volcánica del Teide cuyo parque natural supera las casi 20.000 hectáreas alberga especímenes de animales y plantas que no se encuentran en otro lugar del mundo, como el Tajinaste rojo o la Violeta del Teide.
Hay varias opciones respecto a cómo recorrer el parque nacional. El más sencillo es mediante el uso del teleférico que alcanza casi el punto más alto de la montaña sobre las nubes. No obstante, para aquellos que quieren un desafío y sean amantes del senderismo, escalar el volcán mediante el camino de Montaña Blanca es posible.
Santa Cruz de Tenerife: Capital de la isla
Visitar la isla canaria de Tenerife y no recorrer su capital es casi un sacrilegio, ya que lo que tiene que ofrecer Santa Cruz de Tenerife es increíble y sin duda lo mejor que ver en la región.
En la ciudad se mezclan distintos tipos de arquitectura, con el famoso Centro Histórico y construcciones de estilo colonial o las murallas y castillos de antaño que protegieron la ciudad de ataques, al mismo tiempo que está el Auditorio Adán Martín con un estilo arquitectónico sofisticado y muy vanguardista.
Además, la ciudad incluye distintos destinos como parques naturales, centros comerciales, playas cercanas, restaurantes y los famosos “guachinches” donde se puede degustar la comida tradicional tinerfeña a buenos precios y con ese toque clásico y hogareño, como enfoque distintos de estos lugares para comer únicos en las Islas Canarias.
Playa de Benijo
No se puede hablar de lugares qué ver en Tenerife sin mencionar las playas, siendo de hecho de las razones más importantes por las cuales la isla es tan visitada, viniendo desde surfistas profesionales hasta buzos y generalmente personas que quieren visitar una playa en cualquier año, con aguas tibias y cristalinas. Este es el caso de Playa de Benijo en Tenerife.
De hecho, Benijo es una playa que es distinta a las más nombradas de la isla como las de Costa Adeje, Los Cristianos y la de Las Américas, ya que tiene características volcánicas al estar al pie de una montaña de este tipo, dándole a la arena ese toque gris y con una espectacular vista que además es perfecta si se habla de la posibilidad de ver los Roques de Anaga. Para un atardecer inolvidable, Playa Benijo es ideal.
Parque de Anaga
Para aquellos que buscan destinos completamente naturales y fascinantes desde este punto de vista en la isla, Parque de Anaga es perfecta para visitar al contar con tres distintas regiones originarias, un microclima propio y caminos naturales ideales para practicar senderismo.
Las tres regiones son: Pijaral, Ijuana y Roques de Anaga. Inclusive, dentro del parque hay playas y una zona llamada “Bosque Encantado” que se conoce de este modo por el tipo de flora y fauna que crece allí, única por su carácter endémico del lugar. En el Parque Anaga se puede pasar la noche si la intención es recorrerlo sin apuro, gracias a albergues cercanos.